Y entonces, mientras los demás hablaban de sus problemas, contaban sus anécdotas, reían, debatían.
Entonces, mientras su vaso se vaciaba y recordaba los hechos relevantes del día. Entonces, sumergida en sus pensamientos se dio cuenta.
Se dio cuenta de que no había dejado de existir para él. Que no la buscaba, que no lo haría , pero que sabía que estaría ahí. Que su cerebro está compuesto por simplicidades, que la complejidad de las cosas existen en situaciones extremas. Que vive, sin pensar, sin decidir, actuando sin darse cuenta de las posibles repercusiones. Decidió que él no era la persona adecuada para enamorarse, pero no existía esa necesidad, podía verlo simplemente como a alguien que está ahí. Pero para eso, se dio cuenta, tendría que vivir ella también.
Y así, entre el bullicio del bar, las copas vaciándose, el aire cálido de verano y las ganas de sonreir lo decidió.
Decidió cambiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario