martes, 13 de septiembre de 2011

Adiós.

Hoy me dirijo a ti para decirte que das pena. Para decirte que de verdad ojalá nunca te hubiera conocido. Para decirte que si pudiera volver atrás estoy segura de que no lo volvería a hacer.
Hoy me dirijo a ti para decirte que te doy mil patadas como persona. Para decirte que eres un absoluto cobarde. Para echarte en cara todas las noches que me pasé pensando en ti.
Hoy me dirijo a ti para decirte que me da completo asco la imagen que das a mostrar, porque es falsa, lo más falsa que podría ser.
Pero te conozco, por suerte o por desgracia se perfectamente de que vas, comprobado.
Hoy me dirijo a ti para decirte que no sabes lo que te pierdes por el simple hecho de no sentir, de no saber lo que es sentir.
Hoy me dirijo a ti para decirte que demostrar, demostrar cariño es una de las cosas más bonitas que puede haber y tú no conoces el significado ni de la palabra.
Hoy me dirijo a ti porque me hiciste mucho daño, porque me humillé como nunca antes lo había hecho. 
Hoy me dirijo a ti porque si pudiera avisar a todas las personas del mundo para que no se te acerquen lo haría. Porque me doy asco hasta yo, de solo pensar todos los errores que cometí contigo, de todas las veces que pensaba que sería diferente. 
Y a día de hoy, solo me alegro de una cosa. Y es que por fin, por fin, después de haber estado tan ciega, estoy completamente segura, COMPLETAMENTE, de que JAMÁS volverás a recibir algo de mí aparte de lo justo y necesario. No me vas a volver a hacer daño.
Hoy me dirijo a ti para decirte, como en la canción, aquella de aquel día en el que me hiciste tanto daño; ADIÓS.

No hay comentarios:

Publicar un comentario