Siete meses me llegaron de sobra, para ser otra persona. Para ver las cosas de otra manera.
Para caerme, levantarme y aprender.
Siete meses me llegaron de sobra, para echarte de menos, por momentos, no a ti, sino a lo que me hacías sentir y que pensé que jamás volvería a hacerlo.
Siete meses me llegaron de sobra para sentirme día a día más orgullosa de lo que había sido mi relación contigo.
Pero también, ahora que lo pienso, me llegaron de sobra para darme cuenta que no hay besos en este mundo que puedan transmitir ese calor, y que no hay piel más suave que la tuya, y que no hay miradas que me digan tanto.
En este más de medio año querido señorito, quiero decirte que llegúe a la conclusión de que si existe alguien mejor que tú, tiene que estar bien escondido, porque yo no lo creo.
Tú me quieres, y el hecho de saberlo es lo que me pone los pelos de punta.
Compartamos nuestra absurda realidad y gritemos que nunca se está demasiado loco.
martes, 22 de noviembre de 2011
jueves, 3 de noviembre de 2011
Y tengo miedo
Porque sé que voy a sufrir, porque sé que algún día se tendrá que acabar, algún día dejaremos de sentir.
Pero juro que creo que no puede haber nadie en este mundo que pueda hacerme sentir las mismas cosas que siento con él.
Esa sensación de protección cada vez que voy agarrada de su mano, ese golpe fuerte en la barriga cada vez que pienso que es mío. Y unas ganas enormes de ganármelo cada día.
Esas ganas de compartir cosas y ese miedo a no ser capaz de separarme de él cuando estoy en su cama..
Porque me gustan tanto sus ojos, y la forma en que me mira, y cuando su brazo me rodea la espalda, y cuando me hace cosquillas en el cuello, y cuando me besa... juro que no existe ningún otro mundo ahí fuera....
Recuerdo..
Las tardes enteras eligiendo los dos minutos que emplearía en estudiar, porque el resto del tiempo estaría hablando contigo, inevitablemente.
Las noches hasta las tantas de la madrugada esperando a ver si ese sería el día en el que recibiera alguna señal.
Las mañanas que mientras hacía la cama me paseaba de una habitación a otra, corriendo para ver si tú ya me habías contestado.
Aquel mes de diciembre, en el que casi se me acaba el mundo porque solo tenía un medio de hablar contigo.
Los mediodías apurados para tener todo listo en el mínimo tiempo posible para poder ir rápido a esperar que te dieras cuenta que estaba ahí.
Las enormes gilipolleces que hice, penosas ciertamente.
La ingenuidad maldita que hizo que día tras día me fuera haciendo un poco más de daño.
Las noches hasta las tantas de la madrugada esperando a ver si ese sería el día en el que recibiera alguna señal.
Las mañanas que mientras hacía la cama me paseaba de una habitación a otra, corriendo para ver si tú ya me habías contestado.
Aquel mes de diciembre, en el que casi se me acaba el mundo porque solo tenía un medio de hablar contigo.
Los mediodías apurados para tener todo listo en el mínimo tiempo posible para poder ir rápido a esperar que te dieras cuenta que estaba ahí.
Las enormes gilipolleces que hice, penosas ciertamente.
La ingenuidad maldita que hizo que día tras día me fuera haciendo un poco más de daño.
martes, 1 de noviembre de 2011
Puede.
Y si te dicen que no puedes.
Puede.Y si te dicen que no saltes. Salta. Y si te dicen que no merece la pena, demuéstrale a todo el mundo que va a ser una de esas cosas de las que no te arrepientas jamás.
Porque , ¿qué sabrán ellos?
Ellos no están dentro de ti, ni saben todas las cosas que se te pasan por la cabeza. Ellos saben la teoría, pero vivir es la práctica.
Vive.
Ellos no están dentro de ti, ni saben todas las cosas que se te pasan por la cabeza. Ellos saben la teoría, pero vivir es la práctica.
Vive.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)