sábado, 7 de abril de 2012

Ella

+Sonrieme princesa.
Decía el dulce príncipe. Pero la princesa no podía sonreír, el príncipe no entendía que era muy desdichada, ella que tenía "Todo", ella a la que "todos" apreciaban, ella la feliz y sonriente princesa, la de los chistes y las bromas. La princesa no podía sonreír porque no se lo permitían. La gente no se daba cuenta de lo harta que estaba la princesa, de lo cansada que estaba de sonreír sin ganas. No quería que le pidieran más sonrisas, quería que la hicieran sonreír.
Quería que dejaran de juzgarla, quería llorar, gritar, querían que se dieran cuenta de el daño que hacían las palabras, quería dejar de ocultar lo que sentía. Quería que se callaran ellos no entendían nada, la acusaban, la hacían sufrir, la princesa quería perderse, quería olvidar todo, quería sentirse enteramente feliz. PERO NO PODÍA. A la princesa ya no todos la apreciaban como antes, la princesa estaba desmejorada, ya no sonreía. Buscaba formas de sentirse bien, pero ya no las encontraba, todo lo bueno de su vida se encontraba demasiado lejos como para hacerla sentir mejor. 
La princesa era cobarde y estúpida.

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