miércoles, 26 de octubre de 2011

Que bonito tiempo aquel.

Cuando me levantaba por las mañanas con la incertidumbre de como te habrías levantado tú, de como me tratarías, de como me mirarías.
Que bonito tiempo aquel, cuando una sola palabra bastaba para sintir que lo que estaba haciendo merecía la pena.
Que bonito tiempo cuando me mirabas solo a mi, entre la multitud. Y me dedicabas tu tiempo y tu sonrisa.
Que bonito tiempo aquel, cuando llegaba a casa con ganas de gritarle al mundo todo lo que sentía, y entonces, cogía mi hoja de papel y me ponía a escribirte, y por un momento ( como único momento) formabas parte de esa historia en la que solo participaba yo.
Que bonito tiempo aquel, cuando te quise tanto, o al menos eso creía, que la sensación de estar un día sin noticias tuyas me dejaba sin respiración.
Que bonito tiempo cuando con esas palabras que te costaba tan poco decir me dejabas quieta en el sitio, con las lágrimas a punto de salir e intentando buscar motivos por los cuales seguía queriéndote.
Que amargo trago en el curso de mi vida, aquel bonito tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario