Porque aún a día de hoy me da una punzada fuerte en el estómago cada vez que pienso en ti.
Y ya puedo estar dispuesta a decirte todas las cosas malas de mundo, que escucho tu voz y me debilito, y no puedo evitar sonreir. Me gustas tanto, TANTO, que te pido por favor que esto nos salga bien. No quiero dejarte ir, no quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario