miércoles, 2 de enero de 2013

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Ya no es solo quererle, es el echo de que forma parte de mi, lo necesito, me completa. A lo largo de este tiempo, que quizás no sea mucho, pero suficiente para darme cuenta de que el, influye en mi. No soporto que esté triste, me afecta, y cuando está feliz, estoy feliz, me hace feliz. Es ese tipo de personas que se preocupan por la gente que le importa realmente, no creo que haya nadie como el, es imposible. Quizás se preocupa demasiado por mi, pero eso no es malo, la verdad es que me encanta, que esté ahí para decirme que me tome una pastilla, o para que me abroche la cazadora cuando hace frío.
Estoy segura de que puede superar cualquier cosa, y cuando sonríe.. brilla. Es especial, en todos los sentidos. Podría estar mirándolo horas y cuando hablamos el resto del mundo no importa. Los mejores abrazos son los suyos, y un beso de el.. es imposible explicar esa sensación. Hace el payaso a más no poder, y está muy loco, más de lo normal, incluso más que yo, y eso es muchísimo. Está lejos, demasiado lejos, no lejísimos, pero lo suficientemente lejos como para no poder verlo todas las veces que necesito. Pero es tan alucinante, que hace que eso de igual, no es tan difícil, si de verdad le quieres los kilómetros desaparecen. Es realmente la primera persona en decirme buenos días, y la última en darme las buenas noches, en un calculo rápido me debe de decir que me quiere 145 mil veces al día. Hablamos todos y cada uno de los días, cada vez se suman más meses, y cada vez se sumaran más, espero que nunca dejen de sumarse, y la verdad es que ahora mismo no podría imaginarlo. Veo un largo futuro a su lado. 
Probablemente yo sea la persona más terca del mundo, me cuesta darle la razón a alguien, admito que yo soy quien empieza siempre, pero con el, un "enfado" no dura nada, es imposible enfadarse con el. Estaría dispuesta a darle la razón todas las veces del mundo, con tal de que esté conmigo para siempre.
El es como respirar. 

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